La semana pasada me llegó de
rebote una oferta de trabajo. Una empresa de la región estaba buscando un
asistente para la gerencia, quería a un licenciado en administración o a un
ingeniero en informática de una de las mejores universidades de la zona, la
lista de sus responsabilidades iba desde actualizar archivos hasta llevarle la
agenda al gerente, el sueldo: ¡3 mil pesotes a la quincena!
Me pareció muy triste pensar en
un recién egresado -ingeniero o licenciado después de cinco años de esfuerzos e
intensos estudios- aceptando un puesto muy por debajo de sus capacidades (o de
las capacidades que debería tener) y por un sueldo tan poco atractivo.
Por otro lado en redes sociales
ha estado circulando una campaña que invita a reflexionar sobre el valor que le
damos a nuestro trabajo, dirigida sobre todo a los profesionistas
independientes, con el lema “yo no cobro por lo que hago, cobro por lo que se”.
Creo que la intención es buena; si yo no valoro adecuadamente mi trabajo,
difícilmente los demás lo harán; si yo no creo en mi propio potencial, será
difícil que los demás lo vean. Peeeeero… si queremos darle el valor justo a
nuestro trabajo habríamos de preguntarnos ¿se debe cobrar por lo que se hace o
por lo que se sabe?
¡Ni por lo uno, ni por lo otro!
Yo puedo trabajar mucho haciendo cosas intrascendentes o tener muchos
conocimientos que no utilizo. Un mucho mejor criterio es “yo cobro por lo que
aporto”, por lo útil que le soy a mi organización, a mis compañeros, a mi
cliente o a mi sociedad. Cobro por los problemas que resuelvo y anticipo, por
el valor que le añado al producto o a la vida de los demás. No es necesario que
trabajes más (de hecho muchos quisiéramos trabajar menos), tampoco que te
vuelvas soberbio por tus grandes conocimientos, lo que si es necesario es que
sirvas aún más, que seas más útil.
Así que hoy te invito a darle una
pensadita ¿cuánto estás aportando?... Y todavía más importante ¿de qué maneras
podrías ser más útil y añadir más valor? Es más, te invito a ponerte creativo y
preguntarte ¿cómo podría aportar más trabajando menos? (sobre todo si –como yo-
piensas que hay vida más allá del trabajo).
Tus respuestas a estas preguntas
pueden ser una de las claves para tu desarrollo económico y profesional… y
también para una vida significativa. ¡Te los deseo de corazón!
Sergio Hernández Ledward
y en twitter: @checoequis