La vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo
planes.
-
John Lennon
En estos días daré una
conferencia con los chavos de una prestigiada universidad de nuestra ciudad. El
tema: Plan de Vida. Cuando me invitaron hace algunas semanas no lo pensé dos
veces y dije que sí, hoy por la mañana frente a la computadora casi me
arrepiento de tal idea. No sabía por qué pero las ideas na’ más no llegaban, más
bien me rondaba la pregunta ¿En serio se puede planear la vida? ¿De veritas
tenemos oportunidad de hacer una estrategia, un plan o una gráfica de Gantt
para eso de vivir?
Ya lo decían las abuelitas: “Uno
pone, Dios dispone y llega el chamuco y todo lo descompone” o “las vueltas que
da la vida, mi’jito”, para darnos a entender que la vida no es una jornada estructurada
sino más bien una aventura impredecible, una sucesión de sorpresas o un caballo
salvaje difícil de domar. Si revisamos nuestro pasado nos daremos cuenta que
mucho de esto es cierto -los caminos de
la vida no son como yo pensaba- y si miramos hacia el futuro nos daremos cuenta
que lo único seguro es que no hay nada seguro. ¡En la torre! ¿Y la conferencia?
¿’Ora que les digo?
¡Pues eso! Que la vida no se
planea: se vive, y que por paradójico que parezca eso hace aún más importante
que reflexionemos hacia dónde queremos llevarla y de qué manera queremos
vivirla. Así que les diré que como la vida no se planea es fundamental que:
- Encuentres tus pasiones. Descubras que te hace sonreír, cuales son los regalos que tienes para el mundo, halles tu propia forma de disfrutar del camino.
- No dejes de soñar. Los sueños –los buenos- son generadores de realidades. Nuestro mundo, nuestro país, nuestras familias nos están pidiendo a gritos más y mejores sueños.
- Definas y defiendas tus valores. ¿Qué es lo que en realidad tiene importancia? ¿De qué quieres llenar tu vida? ¿Amor, libertad, gozo, solidaridad, congruencia, aprendizaje?
- Te entregues. La generosidad verdadera es tu entrega completa. Ofrece cuerpo, mente y corazón a lo que estás haciendo, un paso a la vez.
- Sirvas. Ayuda, tiende la mano, cambia las cosas. Sin lugar a dudas la felicidad pasa por aquí.
Ya veremos que sorpresas me dan
los chavos, esto es lo que pienso decir pero ¿quién sabe? Sorpresas te da la
vida… o como lo decía Hellen Keller: La vida es una atrevida aventura o no es
nada.
Sergio Hernández Ledward
y en twitter: @checoequis