Si las historias llegan
a ti, cuídalas y aprende a entregarlas cuando se necesiten. A veces una persona
necesita una historia más que comida para permanecer viva.
-Barry López
Acaba de comenzar el Festival de
Narración Oral Palabras al Viento en Celaya. Escuelas, espacios públicos,
cafés, restaurantes y bares se llenarán de cuentos de cada rincón del mundo, la
palabra y la imaginación ya están rondando sueltas por las calles y las mentes.
El cuento siembra a través del narrador. ¡Qué alegría imaginar semillas
luminosas y corazones fértiles! Sin duda es una fiesta; ojalá todos puedan
sentarse a los pies de Sherezada, escuchar a Eva Luna y maravillarse con las
historias de don Felicio Magialarga. Ojalá muchos nos volvamos hombres sabios
narradores.
Los cuentos son sendero, son
asiento del vigía y son fogón que nos reúne.
A través del cuento caminamos,
nos lleva a lugares desconocidos, al desierto multicolor, a las montañas de la
luna o al ombligo de un gigante. Volvemos a ser niños, a asombrarnos con la
magia de un mundo –que si sabemos verlo- siempre es nuevo. Los viajes ilustran
y caminar por el cuento nunca nos devuelve iguales, crecemos un poquito con
cada expedición a la República de Kuentojistán.
El cuento nos permite mirar más
lejos, extender la vista hasta galaxias muy lejanas, hasta tiempos remotos y
tímidos, o con un poco de suerte –y valentía- hasta las profundidades de
nuestra propia mente y corazón. Los mundos se ven distintos desde el asiento
del vigía, hay amplitud, ligereza y libertad.
Pero tal vez lo más hermoso del
cuento es que es fogón. Es un sitio calientito para reunirnos por la noche, es el
lugar donde nos reunimos con el clan, con la tribu, con los hermanos y los
amigos. Los cuentos hablan de nuestro linaje humano, de hazañas y fracasos, de
lo que nos emociona, nos enamora y nos asusta. Me atrevo a decir que en torno
al fuego, el cuento nos contacta con nuestra grandeza y nuestra fragilidad, es
un canto del alma humana.
¡Qué falta hace que contemos y
escuchemos! Que falta hacen mil festivales palabras al viento. Que falta hace
que nuestra alma recupere su vocación cantora. Vayamos al festival. Escuchemos.
Charlemos. Contemos. Seamos Homo sapiens… narratio.
Sergio Hernández Ledward
y en twitter: @checoequis
PD. Durante todo octubre mis
libros de cuentos y sobre cuentos estarán a un súper precio de promoción en
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Observé al danzar del fuego: http://www.amazon.com.mx/dp/B01183RX48
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